Las palabras tejen lentamente la trama de un universo conocido, familiar. Desde un juego absurdo tratan de escapar del presente, de esconderse, pero la verdad los invade. La verdad como el agua de esa lluvia que no para de caer , que tal vez no pare nunca. Alguien golpea la puerta, y todo empieza o termina, nunca lo sabremos. Y después nos preguntamos de que nos estábamos riendo.